Como te prometí hoy abro otro post de la serie las 7 leyes espirituales del éxito, inspirado en el best-seller del mismo nombre que vio la luz hace ya unos años de la mano de Deepak Chopra, uno de mis autores favoritos en cuanto a libros de esta temática se refiere. Rescato nuevamente el acceso al libro digital por si aún no has tenido ocasión de leerlo: Deepak Chopra – Las Siete Leyes Espirituales del Éxito.
Para entender esta ley debo hablarte primero del deseo. El deseo es una condición inherente al ser humano y podríamos definirlo como el anhelo hacia un objeto, persona o situación que el individuo desea experimentar en su realidad física. Todos hemos deseado algo alguna vez en nuestra vida y sabemos lo que significa dicho fenómeno, por lo que no me extenderé mucho más en ese sentido, pero sí que hay que saber que el deseo puede volverse perjudicial en el momento en el que se convierte en apego hacia el objeto deseado.
El apego puede dar origen al sufrimiento, especialmente cuando no podemos desprendernos de aquello que no nos conviene y nos hace daño (seguramente esto lo hayas podido evidenciar en distintas experiencias de tu vida).
Según lo anterior, el desapego nace de la acción contraria al apego: mi deseo sigue existiendo pero no es necesario poseer un determinado objeto/vivir determinada situación puesto que sé que ello no me hará más feliz, y ahí es donde surge el verdadero poder de esta ley.
En otras palabras, el desapego nace del conocimiento de que la felicidad es una elección por nuestra parte que se encuentra en nuestro interior y no depende de ningún objeto, situación o persona del mundo exterior.
Si bien no es muy complicado entender esta ley, sí lo es el ponerla en práctica en según qué ocasiones, puesto que la línea divisoria entre el apego y el desapego es muy fina, por lo que es preciso que vayamos practicando en las diferentes circunstancias de nuestro día a día.
A continuación te doy algunos consejos que quizás te ayuden a la hora de poner en práctica la ley del desapego en tu vida cotidiana:
- Comprende la futilidad de todas las cosas.- Todo está en constante cambio y nada de lo que ves es para siempre, eso incluye tu juventud, tus pertenencias y todo lo que puedes atribuir a tu sentido de identidad.
- Lo que puede parecerte la razón de tu felicidad puede dejar de serlo en un momento dado.- Pueden gustarte mucho las gambas y en un momento dado volverte alérgico a ellas (un ejemplo un poco simple pero para que me entiendas).
- Todas tus experiencias encierran en sí mismas una lección valiosa que debes aprender.- Igual que debes dar la bienvenida a todo lo que venga también debes tener la fortaleza para dejarlo ir cuando ello ya no te sea de utilidad, así es como crecemos y asimilamos las lecciones que nos va dando la vida.
- Acepta las cosas tal como son en tu vida en este momento y desde una actitud de gratitud.- Esto te servirá para no caer en creencias erróneas tales como ‘seré feliz cuando tenga ese coche‘, o ‘seré feliz cuando tenga más dinero’ o bien ‘seré feliz cuando X persona me ame’. La meditación es una técnica que puede ayudarte mucho en dicho proceso.
Poniendo en práctica esta ley conseguiremos atenuar y/o erradicar el sufrimiento innecesario que a veces nos producen ciertas experiencias vitales, preservando así nuestra salud emocional y física y sintiéndonos mejor con nosotros mismos.
Me gustaría conocer tu experiencia con esta ley, así que anímate y cuéntamela en los comentarios :).
Vaig conèixer la importancia del «desapego» quant vaig estar a una escola de ioga…la veritat és que costa d’aplicar en el món tant materialista on som però em va anar molt bé quant vaig fer una mudança…vaig llençar un munt de coses sense cap tipus de remordiment i donant les gràcies per no patir per la pérdua. Tenia un peu en mal estat i carregar més o menys coses era questió de salut i prioritat esencial.
Encara conservo aquest consell tan pràctic. Tot allò que és material és pot substituir. Petonets Mar.
Me gustaMe gusta
La vida nos pone todo tipo de ‘pruebas’ o situaciones en las cuales debemos aprender a vivir desapegados, y muchas veces ello no resulta fácil, pero ése es el aprendizaje que hemos venido a hacer.
Creo que algo que puede ayudarnos a hacer esta ardua tarea algo más llevadera es el hecho de saber distinguir lo verdaderamente importante de lo que no lo es tanto. La vida está en constante cambio y ante dicho paradigma lo que siempre debería prevalecer es nuestra salud mental, emocional y espiritual. Teniendo esto último presente, podemos permitir que las cosas fluyan libremente sin sufrir innecesariamente.
Gracias por tu comentario Rosa 🙂 Te mando un abrazo.
Por cierto, te he respondido en castellano para que todo el mundo lo entienda :).
Me gustaMe gusta