En uno de mis recientes posts te hablaba del éxito y de lo mucho que me gusta esta palabra por todo el significado positivo que abarca. Por si no tuviste ocasión de leerlo aquí te lo dejo para que puedas hacerlo ahora: Tu camino hacia el Éxito.
En el post de hoy quisiera hacer mención de otra palabra muy sonada en estos tiempos que seguramente parezca menos amistosa para la mayoría de las personas, siendo en muchas ocasiones tildada de enemiga: el estrés.
El estrés es algo que todos experimentamos o hemos experimentado alguna vez en nuestra vida, y quien no lo haya hecho puede sentirse muy afortunado, puesto que lamentablemente aqueja a muchas personas en todo el mundo. Debido a lo anterior, considero que no es necesario ahondar en lo que constituye el estrés en si pero sí que me gustaría que exploráramos juntos algunas estrategias para abordarlo. Aprender a lidiar con el estrés es algo de vital importancia para evitar que en el futuro pueda desembocar en enfermedades de todo tipo, pero lamentablemente las personas tienden a simplemente ignorarlo y enterrarlo, sin tener consciencia del potencial daño que puede causarnos.
Vale decir que el estrés no es algo antinatural, es sencillamente un mecanismo inherente al ser humano a modo de respuesta ante determinadas situaciones que representan un peligro potencial para nosotros. Quizás en el pasado nos fuera de utilidad para la supervivencia y perpetuación de nuestra propia especie, pero en la actualidad existen ya pocas situaciones que representen una amenaza real, de modo que el estrés que experimentamos en la mayoría de ocasiones es desmesurado y totalmente innecesario.
Sin embargo, puede que lo anterior no nos resulte tan extraño si consideramos el ritmo frenético de vida que mayoritariamente llevamos de trabajo y todo tipo de responsabilidades que atender, que contribuye significativamente a que el estrés haga acto de presencia. La buena noticia es que podemos (aunque resulte difícil de creer) conservar la calma a pesar de las circunstancias, y no sólo eso, debemos por todos los medios tratar de que así sea porque nada es demasiado valioso como para sacrificar nuestra paz interior. Al fin y al cabo, de qué sirve ‘llegar a todo’ si acabas dejándote la salud por el camino? ¿Qué habrás conseguido? Quizás cosas externas pero habrás descuidado lo más importante, que es tu salud física, mental y emocional.
Quisiera compartir contigo algunas estrategias para combatir el estrés que considero que pueden serte útiles y hasta el momento a mí me han funcionado:
· Aprender a establecer prioridades.- Básicamente no podemos pretender llegar a todo. Por lo general tendemos a crear una lista interminable de cosas por hacer, pero no nos damos cuenta de que no todas ellas son igual de importantes. Por ello es muy aconsejable priorizar aquellas tareas que verdaderamente merezcan ser completadas en este preciso instante, dejando para más tarde aquellas de menor importancia.
· Ser realista.- Va un poco en línea con el punto anterior pero quisiera insistir en este aspecto. Nuestro tiempo lamentablemente es limitado y el día no tiene más de 24 horas, y por supuesto hay que dedicar las necesarias al descanso y la alimentación, por lo que ser realistas nos ayudará a calibrar aquello que verdaderamente seamos capaces de abarcar con el tiempo disponible, sin volvernos locos con planificaciones poco realistas.
· Quererse y ser paciente con uno mismo.- A veces somos demasiado exigentes con nosotros mismos y no entendemos que hay varios factores que entran en juego e inciden directamente en nuestro rendimiento, tales como nuestro estado de humor, nivel de cansancio, entre otros. Por ello, debemos analizar cómo nos sentimos y en base a ello (y con mucho cariño) hacer lo que esté en nuestra mano sin sobrepasar nuestros límites.
· Ánclarse en el presente.- Es muy importante anclarnos en el presente puesto que el estrés nace en gran medida del exceso de futuro y de estar constantemente proyectándonos hacia él creándonos en nuestra mente un escenario de algo catastrófico que podría ocurrirnos, cuando por lo general la realidad acaba difiriendo bastante de lo que nuestra imaginación se empeñaba en hacernos creer. Vivir en el presente nos ayuda a eliminar ese exceso de futuro y disfrutar en mayor medida de lo que tenemos en este preciso instante, algo que indiscutiblemente repercute favorablemente en nuestra salud.
Y tú, ¿vives actualmente con más estrés del que te gustaría? ¿Qué estrategias utilizas para combatirlo? Me gustaría conocerlas, así que anímate a dejármelas en los comentarios :).
¡Hasta el próximo post!
Hola Mar,
Pues en mi caso, el tipo de estrés que más he sufrido es por el hecho de querer avanzar por encima de mis posibilidades y apresurar los tiempos de algunos resultados. De ahí que el truco o consejo que considero más valioso es el último, el de anclarse al presente. Y es que he experimentado que, cuando vives en el presente y te ocupas por disfrutarlo, los agobios por el futuro parece que se desvanecen, aunque en realidad creo que lo que ocurre es que los ponemos en perspectiva.
Así que, lo que más me ha servido, cuando me agobio, es cambiar por completo de entorno, olvidarme de lo que me estaba causando estrés, haciendo cualquier otra cosa, que no tenga mucho o nada que ver y vivir el presente.
Gracias por recordarme lo importante que es estar siempre alerta y ponerle solución para vivir siempre mejor.
Un saludo enorme.
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¡Hola Conchi!
Eso que comentas creo que nos ha sucedido a la mayoría en algún momento de nuestra vida, el querer abarcar demasiadas cosas sin darnos cuenta del perjuicio que ello pudiera causar a nuestra salud.
Realmente muchas veces creemos que ‘X situación’ es la causante de nuestro estrés y malestar, pero nada más lejos de la realidad. Lo que ocurre es que hacemos una interpretación errónea de la situación, y generalmente dicha interpretación es negativa y con consecuencias generalmente devastadoras para nosotros. Me río porque realmente es absurdo lo que podemos llegar a agobiarnos a veces, pero la buena noticia es que al igual que tú, otras personas están empezando a darse cuenta y a cambiar su estilo de vida y/o su manera de tomarse las cosas.
Muchas gracias por tu comentario :).
Un abrazo,
Mar
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Para mi una de las cosas mas complicadas es aprender a manejar el estrés, muchas veces nos bloquea y puede paralizarte. Yo lo vivo a diario, con los plazos y las urgencias, pero luego pienso en el estrés de una sala de urgencias de una gran ciudad y me parece que lo mío es de risa, y sobre todo aprendo a mirarlo con perspectiva, que es lo qué más me ayuda. Aunque he de reconocer que el sentirlo en la nuca hace que trabaje muchas veces más centrada y mi cerebro funcione más deprisa, aunque perfectamente podría ser una ilusión. Un abrazo.
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¡Hola Raquel!
Pues es cierto lo que dices, un estrés desmesurado puede ser tan perjudicial que puede llegar a bloquearnos, algo que es absolutamente opuesto a lo que pretendíamos, que es ser productivos en primer lugar.
Una dosis mínima de estrés puede ser positiva en tanto que nos motive a ponernos manos a la obra, pero en el momento en el que empezamos a sentirnos mal es que algo no funciona y hemos cruzado la línea. Lo importante es darse cuenta de ello y ser capaces de adoptar una actitud más amable con nosotros mismos para evitar que el estrés nos pase factura.
Algo que yo hago y que a veces me ayuda a ponerlo todo en perspectiva es decirme a mí misma: ‘Bueno, realmente estoy dándole a X situación la importancia que se merece? Podría morirme mañana mismo y seguramente lo que ahora me preocupa pasaría a ser una absoluta tontería’ (sí, sé que es un poco drástica esa manera de pensar pero me ayuda a veces a relativizar las cosas y a relajarme 🙂 ).
Muchas gracias por tu comentario :).
Un abrazo,
Mar
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